14.8.08

Sonreía forzadamente, no le encontraba el sentido a nada, nunca lo iba a encontrar. Sus sentimientos estaban a flor de piel, aunque nadie podía o nadie quería verlos. Pasaba desapercibida, era como vestir de luto en un eterno velorio. No tenía esperanzas de que su realidad fuese a cambiar. No se dieron detalles, pero se descubrieron iguales. Cada día la atracción resultó mayor, uno se animó a decir “te amo” y supieron que lo mejor sería no ocultarse nunca sus sentimientos. Se los vio muy aferrados durante varias semanas, más en las últimas cuando decidieron que se iban a ver. El momento parecía el preciso, pero las dudas rondaban en sus mentes: ¿sería lo mismo?

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