17.9.08

Una vez cada cierto tiempo conocemos a ese tipo
de personas; que no se van de nuestras vidas sin antes dejar una pequeña o una
gran huella
.
Te dejan una alegría o un dolor; o simplemente remueven algo dentro
de ti; algo que poco a poco vas descubriendo fue un gran cambio. Al final te
enriqueces, maduras o simplemente aprendes: a fuerza de golpes, palabras o
acciones nos van enseñando nuevas partes del mundo que no conociamos. En esta
ocasión sólo deseo agradecer a una persona que me hizo descubrir una parte de mí
que me era, hasta hace no mucho, desconocida. Aprendí que las palabras salen muy
fácil y livianas cuando salen del corazón. Aprendí lo que es extrañar a alguien
cuando lo acabas de ver hace unas horas. Aprendí a calmarme con sólo escuchar su
voz. Y aprendí que nadie es perfecto, hasta que te enamoras de él.

No hay comentarios.: