10.5.09


Lejos o cerca, la mujer no hace más que seguir al hombre amado. Una sombra detrás de otra sombra. Condenada a esperarlo, ramera o santa, prostituyéndose, acostándose con otros, con otras, vendiendo su cuerpo para que los demás gocen. O sacrificándose para que los demás vivan, pero siempre guardando la sombra del amado en su corazón.

No hay comentarios.: