Jurarme felicidades es inútil. Volví al mismo círculo vicioso de deprimirme de mis errores, de mis actitudes y mi entorno. Donde tenemos que ser lo que no somos para ser aceptados, empaquetados, etiquetados y clasificados (como si eso fuese lo que de verdad queremos). Me molesto conmigo misma por escribir estas cosas, porque a la gente le asusto y le parezco rara, cuando en realidad ¿quién tiene la autoridad suficiente para decir qué es normal y qué no lo es?. Yo sé perfectamente, que aunque se hagan los duros y lo que no entienten mis sentimientos, muchos piensan lo mismo. Pero yo soy la única que me animo a expresarlo, mientras que otros prefieren los antifaces. A veces preferiría tener máscara, pero cuando me doy cuenta de lo que gano, definitivamente me quedo son ser yo misma. Sí. Rara, loca, depresiva, sencible, lo que más te guste.