14.7.09

Y todo pasó a convertirse en el típico cuento de hadas; ese que fantaseamos de niña mientras llevamos un vestido blanco y con el príncipe azul montas a caballo y te lleva a su castillo sobre las colinas. La única diferencia que aparece es que tú no vas vestida de blanco, ni llevas corona en el pelo. Vas con zapatillas, despeinada y con jeans. No muerdes manzanas, ni estás encerrada en un castillo; pero si te comen a besos, a mordiscos y a miradas. Él no aparece montado a caballo, pero sí aparece por sorpresa donde vives. Tampoco hay brujas, pero sí el personaje malo de cualquer historia; que en este caso es el tiempo. No hay castillo; el tuyo es de dos estrellas; habitación 205, y no por ello menos cómodo. Y lo más importante, en este no es tan importante eso de ser felices para siempre, basta con ser felices en el momento. Y vos lo sos.

No hay comentarios.: