16.7.10

Hay toda una serie de situaciones en las cuales, una realmente y cada vez más, comienza a confirmar, reconfirmar, descubrir y asimilar la realidad de toda la cosa: te en-can-ta.

10) No podés evitar colgarte viendo fotos. Ya no te importa si son del finde pasado, si son de hace tres años, si es él con la familia o si es parte de un trabajo práctico en el que usó sólo sus pies. No te importa en lo más mínimo, y en secreto cada tanto relojeás cuanto perfil te lo permita. No es divino cuando pone esa sonrisita? No te encanta cuando se hace lindo? No lo preguntes más y aceptalo, te encanta.
9) Ni bien inicias sesión en el msn, casi sin querer, los ojitos se te van solos a buscar su nick. Por ahí no le hablás, y hacés la guerrita de quién se rinde primero, pero vos sabes que él está y ya ese sólo e insignificante hecho te hace sonreír. Tus tardes/noches con él conectado tienen ese qué se yo, viste?
8) Que tu mente comience a recrear charlas anteriores con cada vez más frecuencia. Y encima las recordás y sonreís! Qué me pasa!? Te pasa eso que crees que te pasa. Y con sólo recordar cómo te miró o qué te dijo, ya empezás a pensar qué decirle la próxima. Es en este punto cuando probamos la lealtad y capacidad de bancarnos de nuestras amigas, es cuando más las llenamos de frases célebres como ‘Y entonces él me dijo’, ‘y yo le dije’, y ‘aaay no sabés como me miró ahí!!’. Gracias amigas, estoy por colapsar y sentir más hormonas adolescentes que nunca.
7) Clásico de los clásicos: releer conversaciones o mensajes de texto que te mandó. Es el nuevo pasatiempo: no te podés dormir, los lees; no se conectó, los lees; pensás en él, los lees. Si, están siempre! Y por ahí en una de esas pensás, tendría que borrarlos, pero es algo más fuerte que vos y tu amor adolescente. Sería un atentado eliminar esos mensajitos giles, que por ahí no dicen nada pero que para vos, obviamente, lo dicen todo.
6) Cuando comenzás a relacionar cosas ‘porque a él le gustan’. Las cosas te empiezan a hacer recordarlo cada vez más al muchachito en cuestión. Y así te vas inventando las excusas para pensar en él. ‘Uhh esa canción, es re él’, ‘Hace una semana que nos fuimos caminando juntos a casa’. Listo, aceptalo más todavía, tu tiempo se mide en pensamientos donde él es tu figurita repetida.
5) Cualquier excusa es buena para hablarle o verlo. Si todavía no se dio cuenta de todo lo que sos, cualquier salida, ya sea en grupo, solos, ‘de casualidad’ todo vale para encontrártelo y hacer gala de tus encantos. Charlitas de msn, miraditas, bailecitos en el boliche, en la guerra y en el amor todo se vale, dicen.
4) Otro momento clave que te hace creer totalmente de que si, es verdad, este nuevo idiota te tiene más idiota a vos: ya no querés saber más nada de ningún otro. Por ahí se te tira alguno y vos que quizás en otra etapa de tu vida dirías que si, ahora por esas razones cósmicas, no te mueve nada. Si, ya está, estás tocando fondo. Te gusta alguien. Hasta tuvo el tupé de destronar a tu ex!
3) Las señales biológicas, que no podemos dejar de mencionar. El corazón que te late como si acabaras de correr una maratón a 50º de sensación térmica al lado de él, e igualmente y sin la menor explicación sentís esas fucking pero reales mariposas. Esa sensación de nervios infundados tan molesta que hace pensar ‘donde estoy y qué hicieron conmigo!?
2) Te encontrás sonriendo como una boluda sola mientras pensás en él o en algo que te dijo. Sin palabras: comezá a preocuparte en serio, se está yendo todo a la mierda.
1) Te pones estúpida. Hasta las mujeres más decididas y seguras encuentran en él un punto débil suceptiblemente efectivo. Ya no te sale hacerte la interesante como antes, el tipito en cuestión te desarma con una mirada o una sonrisa, dejando que lo mejor que puedas hacer es responder con monosílabos. La frase 'el amor te pone idiota' es real.

No hay comentarios.: