28.12.10

Y lo que más dolía era seguir sabiendo que mañana sería otro día mas, que el mundo no iba a esperar por vos. Entonces te sentis tan sola, ¿no?, como si todos tus amigos hubiesen hecho grupos de dos y te hubieran dejado fuera, sin jugar. Ves como, al fin y al cabo, ni siquiera eres imprescindible para que el ritmo continúe, que nada va a pararse por vos. Que somos tan pequeños que basta una palabra para dejarnos sin voz. Que somos tan frágiles que basta una mirada para rompernos en pedazos. Que somos tan idiotas que aún esperamos que mañana no sea lo mismo de todos los días.

No hay comentarios.: