26.1.11


Gato de Schrödinger
Schrödinger nos propone un sistema formado por una caja cerrada y opaca que contiene un gato, una botella de gas venenoso, una partícula radiactiva con un 50% de probabilidades de desintegrarse en un tiempo dado y un dispositivo tal que, si la partícula se desintegra, se rompe la botella y el gato muere.
Siguiendo la interpretación de Copenhague, mientras no abramos la caja, el sistema, descrito por una función de onda, tiene aspectos de un gato vivo y aspectos de un gato muerto, por tanto, sólo podemos predicar sobre la potencialidad del estado final del gato y nada del propio gato. En el momento en que abramos la caja, la sola acción de observar modifica el estado del sistema tal que ahora observamos un gato vivo o un gato muerto. Esto se debe a una propiedad física llamada superposición cuántica que explica que el comportamiento de las partículas a nivel subatómico no puede ser determinado por una regla estricta que defina su función de onda. La física cuántica postula que la pregunta sobre la vida del gato sólo puede responderse probabilísticamente.
La conclusión que saque es que hay que arriesgarnos en ver si ese gato esta vivo o muerto, por mas que no tengamos tantas esperanzas de que este vivo... Y si vamos mas allá de ese experimento imaginario; hay que arriesgarnos a todo, arriesgarnos aunque no estemos totalmente confiados, con arriesgarse no perdemos nada porque si lo hacemos y lo que esperábamos no era eso que obtuvimos es porque la vida tiene otra cosa mejor para darnos... aunque claro yo saco muchas conclusiones pero nunca las pongo a prueba, ya que yo nunca hubiese abierto la caja para ver si el gato estaba vivo o muerto.

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