25.8.11

No me mires. Soy una mujer fea. No me gusta mi boca de enfermera, ni mis pies de gallina apurada. No me hables, no escucho lo que decís. No me interesan tus palabras. No me pienses, no imagines, no me veas. Soy una mujer superficial. Me gusta el sol, el calor en las mejillas, la vida que pasa pero no pasa, los colores que encierro en mis ojos, que los abro sólo para soñar, y descubrir el horizonte, como un futuro lleno de lejanías. Que no son mías, pero lo serán. Algún día. Este día. Es mío, y de nadie más. No me mires. No me quieras. Por favor, no me quieras. Soy una mujer egoísta y vacía. Nada me importa más que mi misma, y sólo me olvido de mí cuando no pienso en nada. Desaparezco. Y aparezco de nuevo. Y no es magia. Es hastío. Indiferencia. De una vida a veces feliz, y otras veces tan aburrida. Que dan ganas de morir. O de dormir. Que es igual. Porque agonizo en la cama. De soledad. Y me clavo un puñal de falange entre las piernas. Y pienso en mí. En mi boca de partera, y mis pies de gallina asustada, y el sol en mi cara, y vos mirandome. Por favor, no me mires. Porque ya casi termino. Y voy a abrir los ojos. Y voy a suspirar. Y el futuro va a volver a ser mío. Mío, mío, mío. Y de nadie más.

No hay comentarios.: