27.1.11

Ya no me trago un te quiero, ninguno me parece sincero. Encuentro tan poca empatía entre todas las personas que me rodean que, sinceramente, me hace gracia desde los apodos cariñosos que me dicen, hasta los besos y abrazos que me dan mientras me sonrien. Hay poca gente verdadera ahí fuera. Antes me daba pena y lloraba, hacía oidos sordos, me tapaba los ojos con vendas para no ver la pura verdad. Nada conseguía con eso, solo atrasar una y otra vez el desengañarme de tantas mentiras, tantos sueños inalcanzables, tantas fantasías sin final.
Pero, ¿Cómo puedo estar tan loca pensando que puedo exterminar toda la falsedad, ya no del mundo, si no de la vida que me rodea? ¡Imposible! Por eso, me di por vencida

No hay comentarios.: